Capitel sencillo con caballero victorioso a caballo
Románico
Segunda mitad del siglo XII.
Ubicación original: Iglesia
Este capitel sencillo adosado, conocido como el del “caballero victorioso”, es uno de los ejemplares de mayor calidad escultórica del monasterio, y se atribuye al Maestro del Cristo de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes. Tradicionalmente ha estado emparejado con la escena de Sansón desquijarando al león, como se observa en varios ejemplos franceses y en la cercana iglesia de Santa María del Camino de Carrión de los Condes.
La pieza representa la escena del caballero victorioso. El jinete, ligeramente girado hacia atrás, levanta su mano derecha en actitud de saludo o despedida, mientras que con la izquierda sujeta las riendas del caballo. En el románico es habitual que esta escena se complete con un personaje postrado a los pies del caballo, que suele aparecer ataviado con ropajes de tradición árabe. Probablemente, nuestra pieza también contó con esa figura, actualmente desaparecida debido a la mutilación de la zona inferior del capitel.
Esta iconografía cuenta con varios significados. Por un lado, podría constituir la imagen del Miles Christi, o soldado de Cristo, defensor de la fe frente al infiel. Por otro, se ha impuesto como interpretación dominante la que identifica la figura con el emperador Constantino, protector de la Iglesia. Este tema presenta paralelismos con otras representaciones, como las de Santiago Apóstol o Cristo entrando en Jerusalén, lo que ha llevado a asociar al caballero con dichas figuras.
El origen de este tema se remonta a antiguas imágenes ecuestres del mundo romano, vinculadas a la iconografía imperial. Un ejemplo paradigmático es la estatua de Marco Aurelio en el Campidoglio romano, cuya reinterpretación medieval como representación de Constantino favoreció la cristianización del modelo clásico. Esta transformación iconográfica habría servido de inspiración para las representaciones del caballero victorioso en el arte románico.
En la comarca, este modelo tuvo una amplia aceptación, como demuestra su presencia en otros templos, entre ellos los de Pomar de Valdivia y Vallespinoso de Aguilar.






