Iglesia de Santa María la Real de Valberzoso
Madera de haya
Escuela Taller Santa María la Real (Décadas de 1980 – 90)
Construcción original de finales del siglo XII y principios del XIII
Ruta por el románico de Santullán y la montaña de Palencia
Nos encontramos ante una maqueta de madera que representa la iglesia de Santa María de Valberzoso, un bello ejemplo de conjunción entre arquitectura y paisaje, situada a los pies de la sierra de Híjar, en uno de los parajes naturales más idílicos de la Montaña Palentina. Visitar la iglesia es también una buena excusa para disfrutar de la naturaleza de este entorno privilegiado.
La zona aparece mencionada ya en el año 824 como “Valle Verezoso” en la carta fundacional de Brañosera, dentro de los territorios que el conde Nuño Núñez asignó a los primeros pobladores. No será hasta 1173 cuando la localidad figure en la documentación, al ponerse el antiguo monasterio de Santa Eufemia bajo la protección premostratense de Aguilar. Esta vinculación quedó confirmada con la nueva advocación del templo, dedicado desde entonces a Santa María, como lugar de abadengo perteneciente al abad de Santa María la Real de Aguilar.
El edificio, de origen románico y fechado a finales del siglo XII, conserva la esencia de los templos de concejo, construidos para dar servicio a una pequeña comunidad. Está levantado con una excelente sillería arenisca local, de tonos dorados y rojizos. Su estructura responde al modelo habitual de nave única rectangular, con un ábside semicircular precedido por presbiterio recto y espadaña a los pies. La fachada sur, protegida por un pórtico del siglo XVII, alberga una tosca pero elegante portada románica de medio punto con cuatro arquivoltas decoradas con motivos geométricos y vegetales. Los capiteles de las columnas muestran cesterías, rombos y delicados tallos entrelazados.
En el interior, la nave se cubre parcialmente con techumbre de madera, mientras que el presbiterio y el ábside lo hacen con bóvedas de cañón apuntado y de cuarto de esfera. En la cabecera podrás seguir el rastro del maestro de San Felices en un conjunto de pinturas murales de finales del siglo XV que representan escenas del nacimiento y muerte de Cristo, además de la vida de varios santos. En el muro del evangelio se conserva una inscripción que las data en 1482: “Esta obra mandó hacer Juan González, padre de Tristán”.
Como curiosidad, este pequeño templo albergó una virgen sedente con Niño, una hermosa talla románica restaurada dentro del Plan Románico Norte. En Valberzoso se conserva hoy una réplica, mientras que la original puede admirarse en el Museo de Arte Sacro de Aguilar de Campoo.






