Capitel doble con la Matanza de los Inocentes
Románico
Segunda mitad del siglo XII.
Ubicación original: Claustro
Ante la noticia del nacimiento de Jesús, comunicada por los Magos, el rey Herodes “el Grande” ordenó matar a todos los niños menores de dos años. El monarca temía que su poder quedara en entredicho ante el alumbramiento del Hijo de Dios, anunciado por los profetas. Este acontecimiento, conocido como la Matanza de los Inocentes, fue el que provocó la huida a Egipto de la Sagrada Familia y aparece recogido en el Evangelio de San Mateo.
La representación más habitual de este episodio muestra al rey Herodes ordenando la matanza a sus soldados, quienes ejecutan la acción. En el capitel del monasterio de Santa María la Real, sin embargo, la escena adquiere una composición más compleja. En uno de los lados largos se distingue a Herodes, sedente en el centro, impartiendo la orden del infanticidio, mientras un cortejo de soldados armados con lorigas de malla, yelmos y espadas se dispone a cumplirla. En los lados cortos del capitel aparecen las figuras de las madres, una de ellas —tocada con un capiello similar al que se observa en el capitel con la misma escena en la iglesia de Santa Cecilia de Aguilar de Campoo— se lleva las manos al rostro en un gesto de desesperación, mientras otra sostiene la cabeza de su hijo decapitado. El ábaco presenta una cuidada decoración con una arquería de ventanas rasgadas, flanqueadas por torrecillas rectangulares de dos niveles, bajo las cuales se alojan las cabezas de los personajes. A pesar de los desconches y fracturas del bloque, son todavía visibles los atalajes militares y los detalles de las figuras.
Durante los siglos medievales, la Matanza de los Inocentes adquirió un profundo valor simbólico. Desde antiguo se destacó la analogía entre los infantes y Cristo, en virtud de su común inocencia y pureza, así como por el carácter sacrificial de su muerte.







