Capitel doble con guerreros luchando con animales fantásticos
Románico
Finales del siglo XII.
Ubicación original: Desconocida
Se trata de un capitel doble, perteneciente originalmente a una ventana, con escenas de guerreros luchando contra dragones o basiliscos. Las cabezas de los combatientes invaden el mismo ábaco semicircular, provisto de dados en las esquinas, mientras que las garras de los basiliscos se sujetan al collarino, integrando así toda la superficie escultórica en una composición de gran dinamismo.
Lanzas y escudos se alzan para derrotar al mal, que una vez más adopta la forma del dragón. Los soldados muestran sus rostros, esta vez descubiertos, sin la protección de la cota de malla, y combaten cuerpo a cuerpo, enfrentándose de dos en dos.
Es en el Apocalipsis donde el dragón adquiere plenamente su carácter negativo. Allí se le describe con estas palabras: “Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos.”
Otro de los pasajes más célebres es aquel en el que el arcángel San Miguel, acompañado por sus ángeles, se enfrenta al dragón en una lucha cósmica entre el bien y el mal, símbolo de la victoria final de la luz sobre las tinieblas.





