Iglesia – Introducción.

Entre los muros de la iglesia resonaron durante siglos los rezos y cánticos de la comunidad premostratense que ocupó el monasterio de Santa María la Real. Tras la desamortización, el templo dejó de utilizarse para el culto y en la actualidad se ha convertido en una de las zonas visitables que forma parte del Centro Expositivo Rom: románico y territorio.

La planta del edificio es basilical, consta de tres naves, de tres tramos cada una, y crucero. Sin embargo, la triple cabecera que vemos a día de hoy es fruto de varias fases constructivas. El ábside central presenta una planta heptagonal de tradición gótica, mientras que el situado al lado de la epístola es rectangular y está fechado a principios del siglo XIII. Por su parte, el lado del evangelio debió contar con un cierre similar al del lado opuesto, que fue sustituido por la capilla rectangular, llamada del Cristo, en el siglo XVII.

El ábside central, de mayor altura, se cubre con bóvedas de crucería, similares a las que podemos encontrar en la Colegiata de San Miguel, iglesia parroquial de Aguilar de Campoo o la sala capitular del monasterio de San Andrés de Arroyo. El resto del templo se cubre también con bóveda de crucería, pero los brazos del crucero y la capilla de la epístola poseen cubierta de cañón apuntado.

La luz llega a la iglesia a través de los ventanales de la cabecera y del óculo trilobulado situado en la parte superior del presbiterio. Todavía se conservan algunos capiteles del templo que, en su mayor parte, muestran decoración vegetal. Cabe destacar las claves de las bóvedas, entre las que sobresale una Virgen sedente con el niño en brazos en la capilla mayor, un águila con las alas explayadas y un personaje masculino vestido con manto y sosteniendo un libro en la capilla de la epístola.