Capitel simple con la escena de la Ascensión de Cristo
Románico
Segunda mitad del siglo XII.
Ubicación original: Iglesia
Cuarenta días después de la Resurrección, Jesús ascendió a los cielos con su cuerpo glorificado, en presencia de once de sus apóstoles. Este acontecimiento, narrado en diversos pasajes del Nuevo Testamento, se resume en las palabras del Evangelio de San Marcos: “El Señor Jesús, después de hablarles, se elevó al cielo y está sentado a la derecha de Dios.”
En el capitel, Cristo ocupa el centro de la composición, inscrito dentro de una mandorla mística sostenida por dos ángeles. A cada lado se agrupan los apóstoles, dispuestos en dos conjuntos compactos, que observan el prodigio con gesto de asombro y veneración.
Cristo aparece sedente, barbado y coronado con nimbo crucífero. En su mano izquierda sostiene un libro ricamente encuadernado y cerrado con herrajes metálicos, mientras que con la diestra alzada imparte la bendición.
La mandorla, enmarcada por motivos vegetales tallados con trépano, presenta en su interior líneas onduladas concéntricas y cinco rosetas hexapétalas, elementos que evocan la imagen del Pantocrátor de la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes, estableciendo así un vínculo formal y simbólico con una de las representaciones más emblemáticas del románico hispano.
Este capitel, de gran calidad escultórica, se situaba en el arco toral de la iglesia del monasterio de Santa María la Real, completando el ciclo de la Muerte y Resurrección de Cristo.











